Con el decursar del tiempo aprendes que en
la vida no todo es a color. Pero cuando te rodeas de tanto verde esperanza resulta
hasta imposible aislarnos del contraste desde el que la naturaleza nos desborda
con asombrosas emociones.
No todo es maleza… sudor… y fango. El aire
que se nos cuela en los pulmones es tan puro que da gusto respirar. Y respirar
profundo como quien aspira una buena bocanada de aire para sumergirse en las
profundidades del océano.
El factor contaminante del ambiente es ínfimo
respecto al existente en las ciudades. Mientras… el Dióxido de Carbono apenas
existe para favorecer la fotosíntesis de las plantas.
Así es la vida en el Valle de Viñales. Un
pueblo que vive atrayendo visitantes de cualquier parte del mundo para mostrar su
riqueza paisajística. Razón por la cual es declarado por la
UNESCO, en diciembre de 1999, Patrimonio de la Humanidad, en la categoría de
Paisaje Cultural.
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