Despertar
en las mañanas sin saber a dónde ir desmorona
los deseos de llegar y encontrar lo inesperado. Hacerlo detrás del lente nos
lleva inconscientemente a encontrar detalles que como ladrones nos llevamos
congelados en el tiempo. Para nada importa el ayer y un posible mañana por llegar. El hoy
existe con las mejores intenciones de que vayamos por nuestros sueños. A por
ellos… hoy es un buen día para empezar.
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