Movimiento Cubano de Excursionismo (MCE)

Variada es la multitud que con el paso de los años se inclina por la práctica del senderismo. Fieles amantes del turismo errático que se involucran en guerrillas con sed insaciable de aventuras, mientras el deseo de conocer cada rinconcito de la isla es solo el comienzo para abandonar el espacio que muchos definirían como zona de confort. 

El excursionismo es una de las opciones más económicas como alternativa de esparcimiento geográfico, paisajístico e histórico. Personas de diferentes edades y formación profesional convergen ansiosos por disfrutar de una recreación plenamente sana y hasta podría decirse que deportiva.

A pesar de los contratiempos sufridos durante los años más duros del período especial, hay quienes nunca renunciaron a reencontrase de algún modo con sus orígenes. Pese a las grandes dificultades de la época siempre se las arreglaron para continuar acampando entre la maleza de los montes cubanos. 

  

Actualmente exploradores son los que se sobran. Existen más de 15 grupos, unos más organizados que otros. Pero en su inmensa mayoría velando por el bienestar de los demás incluyendo el suyo propio, militando en el bando donde premian los valores humanos que desafortunadamente escasean en estos tiempos de banal consumo. 

 

Tanto es así… que el 11 de mayo de 2013 desde el Salón de los Mártires de la Universidad de La Habana, con el fin de consolidar experiencias bajo la dirección del Ing. Miguel Alfonso Sandelis, se decide fundar el Movimiento Cubano de Excursionismo (MCE). A partir de entonces, cada miembro se siente orgulloso formando parte de este grupo independiente que se fortalece subiendo montañas.

Un colectivo comprometido que no cree en imposibles sino en deseos de hacer y que con toda la responsabilidad del mundo aprovecha cada desavenencia para catapultarse rumbo a viejas aventuras y otras tantas nuevas por vivir. Para cuando como alternativa de superación y crecimiento personal han adoptado como lema: “¿Por qué hacerlo fácil si podemos hacerlo difícil?” 

Una de las grandes ventajas con las que cuenta la tropa es precisamente poder incursionarse en destinos accesibles económicamente. Cada miembro -siempre y cuando sea ducho conocedor de la ruta- puede sentirse en libertad de proponer el próximo recorrido, mayormente a sitios contemplados fuera del circuito turístico oficial. 

 Lo que en los inicios amenazaba con ser un problema se ha convertido  en un reto para sus organizadores. El Movimiento es toda una comunidad de soñadores con equipaje y tiendas de campañas sobre los hombros. Por ello la decisión de realizar una Peña cada tres meses con el fin de reunir a sus miembros, compartir experiencias vividas durante este período, actualizar a la tropa con la publicación del boletín que se logró convertir en revista: “Excursionista” a finales del año pasado.

En cada número se intentan contemplar posibles rutas a recorrer, crónicas sobre las últimas excursiones,  reconocimiento a los campistas más activos y para destacar,   consejos  sobre salud que permitan prever cualquier tipo de enfermedad previsible. 

El trabajo realizado ha sido intenso, siempre fomentando la solidaridad entre sus miembros. Tiempo antes de salir se planifican las provisiones a llevar para consumir a partes iguales como sucede en cualquier familia numerosa. Así ocurre con las galletas con guayaba de los desayunos y meriendas, el tiroteo de maní molido del almuerzo y hasta con los espaguetis de la comida. Tal cual diría Sandelis: en el movimiento “Todo alcanza y nada sobra”.

Junto al 2016 finalizó  el año más intenso vivido por el MCE hasta el momento. A las cuatro acampadas programadas se le terminaron sumando 218 Kilómetros recorridos en bicicleta hasta las arenas de Playa Girón, el ascenso al Taburete luego de haber llegado pedaleando a la base del campismo,  las acampadas del Palenque-Pan de Matanzas, EL Pan de Guajaibón y Seboruco.

Confiesa Sandelis: “Los grupos continuaron su quehacer, y aunque a algunos les falta ganar más en identidad, sus integrantes más activos ya responden a sus nombres con el sentimiento de tener un espacio propio, más cercano. Camping Cuba, el CIGB, La Rueda, el CIM, Team UH y Mal Nombre mostraron ser las agrupaciones más activas.”

El movimiento en muy poco tiempo ha logrado ganar visibilidad gracias a su crecimiento formativo e impacto  sustancial en las redes sociales. Actualmente cuenta con más de 6000 seguidores en Facebook. De ellos, una elevada cifra que permanece activa e incondicional a la participación en los eventos que convoca por vía telefónica o digital.

Pero siempre como organización va un paso por delante. Para el movimiento comenzó un activo 2017 con una mega acampada al Pico Turquino en el mes de febrero. En estos momentos tiene contemplado una serie de alternativas que dejan mucho que desear. Un nuevo viaje en bicicleta hasta Girón para quienes se quedaron con ganas de repetir es solo un aperitivo cuando aspiran los miembros de su tropa llegar pedaleando en Octubre hasta la provincia de Santa Clara.

 

Según nos anuncia su lider desde el primer número de Excursionista “La revista seguirá publicándose y las peñas continuarán siendo un espacio predilecto para compartir y rememorar en la propia Habana. Un nuevo tipo de actividad, que debe tener su estreno en marzo, se presenta ya como una interesante incógnita: El Taller. Por ahora, para su primera edición se anuncian conferencias, exposiciones de los grupos, una demostración de rescate y salvamento, y un espacio para la fotografía.”

El movimiento nació con el ímpetu del cubano de todos los tiempos. De forma incondicional existe para sus miembros y los nuevos que poco a poco van llegando porque no entienden en qué momento se atoraron en el asfalto cuando desde siempre han sabido que la felicidad tiene forma de montaña.