Arde
como llama intensa el fuego que llevamos dentro.
Arde el latir incorregible del corazón que se
agita cuando nos sabemos cerca.
Arde
la vida cuando corremos en busca de aquello en lo que creemos nos va la vida.
Ardes…
ardo… ardemos juntos como brasas encendidas.
…brasas
que lo queman todo salvo el deseo que llevamos dentro…
Arde la piel cuando entre roces de
labios ajenos a los tuyos se emancipa el deseo explorando micrométricamente
cada trocito de piel. De esa piel que se eriza…
Cuando te beso
Cuando te toco
Cuando me imaginas cerca
Cuando te tocas asumiendo mi cuerpo
junto al tuyo
Arde
el cuerpo. Arde el alma. Arden las arterias que se desesperan por verte llegar
en cualquier momento.
Arde
la piel acariciada por las olas del mar mientras me abstraigo imaginándote llegar
desnuda caminando sobre la arena.
Sobre
esta arena intangible que solo tú y yo conocemos.
Amigo querido, qué maravilla, un científico poeta. Siento orgullo de conocerte, mis cariños y abrazo rompe-huesos desde mi tinajón hasta la OrilladeTu-MiMar. No te canses!!!
ResponderBorrarMaravilla resulta llegar y encontrarse con estos comentarios tuyos que me devuelven el aliento. Muchísimas gracias amiga por ese ánimo que incita a no cansarme. Un fuerte abrazo rompe-huesos de igual modo para ti y todos los tuyos...
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